La formación recibida en la Universidad ha sido la base fundamental para mi desempeño profesional, tanto independiente como a través de vinculación laboral. Considero que mi carrera me aportó la racionalidad necesaria y los fundamentos conceptuales aplicables a una práctica orientada sobre todo en términos de investigación, aprendizaje continuo y servicio a terceros mediante asesorías temáticas coincidentes con temas de actualidad propios de la profesionalización. Afortunadamente tuve oportunidad de contar con un profesorado muy idóneo, que sin los recursos didácticos de hoy supo encauzar el proceso de enseñanza.aprendizaje por el mejor camino, en el sentido de formar personas pensantes antes que repetidores de teorías y/o de conceptos propios de la humanidad en sus diferentes épocas; ellos como docentes supieron trascender la inmediatez de su discurso para mostrarnos un horizonte que aún ahora y luego de más de tres décadas está vigente y se transforma continuamente, en cumplimiento del compromiso profesional y de la intencionalidad de mi quehacer como persona responsable de mi propio devenir.
En general todos muy buenos, verdaderos especialistas en su respectiva área; algunas excepciones no demeritan la opinión y quizá sólo sirven para conformar que toda regla tiene sus excepciones.
Consecuentes con su propia calidad, mis profesores se mostraron siempre atentos a los requerimientos de los doscentes, optimizando en su momento los escasos recursos disponibles y haciendo gala de una voluntad más amplia que sus propios intereses.
Casi todos los temas fueron oportunos y muy bien tratados.
Buenas para la época puesto que se tenían los recursos materiales y logísticos necesarios sin dificultad alguna; además salones espaciosos, bien aireados e iluminados.
Licenciatura en Filosofía